Astarté y La Estrella


 El día de Pascua de Resurrección fue establecido en el primer Concilio ecuménico de Nicea (año 325) como el primer domingo tras la primera luna llena posterior al equinoccio de primavera.  Por ello, esta celebración puede oscilar entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

La conmemoración de la Pascua estaba en sus más antiguos orígenes consagrada a la energía de la Naturaleza y más en concreto, a la diosa de la fertilidad de los asirio-babilónicos Astarté  (la misma Diosa Madre que recibió otros muchos nombres y que por ejemplo, los fenicios-cartagineses conocieron como Tanit, los egipcios como Isis, en los países nórdicos fue Easter, para los griegos Afrodita y para los romanos Venus). Los asirio-babilonios, buenos astrónomos, la hermanaban con una de las estrellas más radiantes que observaban en el cielo y la designaban "la estrella de suave fulgor". Astarté fue adorada por los tartesos, que habitaban en Andalucía dejándonos muestras como ésta figura del S VII A.C hallada en el tesoro del Carambolo.
Astarté o la estrella
de suave fulgor
Tesoro del Carambolo

La virgen de la Estrella. Sevilla





Astarté, como Ishtar, era la Diosa de la Luna y del planeta Venus, el lucero de la mañana, era llamada por los profetas judíos "Reina de los Cielos" (Meleket-has-Samaïm). Así ha seguido esta tradición hasta nuestros días como recuerda esta saeta republicana dedicada a la Virgen de la Estrella.

"Se ha dicho en el banco azul 
que España ya no es cristiana 
y aunque sea republicana 
aquí quien manda eres tú
Estrella de la mañana"

 Esta luna anuncia la proximidad de épocas fértiles y de abundancia para los hombres que salen de una época fría y de escasez para dar lugar a una estación de siembra y posterior cosecha. Reflejo de  una época de lluvias y cambios que siempre nos acompaña desde que los dioses eran los astros y la naturaleza.